Hasta el día de hoy, el mundo lleva ya un tiempo luchando contra la vertiginosa propagación del COVID-19, también conocido como coronavirus, pero es inminente que tarde o temprano tengamos que volver a la “normalidad”, o mejor dicho, “nueva normalidad”.
Y aún existen preguntas sin respuesta sobre lo que podría ser el mundo una vez que la pandemia sea controlada: ¿Cómo cambiarán los hábitos de consumo? ¿Qué tipo de servicios y productos cobrarán mayor relevancia en el mundo post Covid-19? ¿Qué hábitos permanecerán y cuáles desaparecerán?
Estas 5 tendencias tienen el potencial para moldear la que sería la “nueva realidad” del mundo después del COVID-19 que apunta a mayor simpleza, mejor conectividad y gran colectividad.
El trabajo y productividad remota
A raíz de la pandemia, tanto el sector privado como el público han tenido que adaprtarse a la situación y se vieron forzadas a establecer nuevos métodos y procesos de colaboración remota. Así es como conservamos nuestro trabajo y la salud de todos.
Hoy en día, todas las empresas, entidades gubernamentales, negocios y famlias nos hemos tenido que adaptar y acoger las prácticas y tecnologías de conexión remota, en pocas palabras, volvernos “remote-friendly”.
Nombres y plataformas que antes eran ajenos a nosotros, como Zoom, Slack o Teams, hoy forman parte de nuestro día a día, y nuestro espacio personal se ha vuelto también en nuestro espacio laboral. Las barreras se desdibujaron.
A pesar de estas dificultades, muchas empresas se han visto sorprendidas por los resultados que han obtenido con esquemas 100% remotos. Con las prácticas y herramientas adecuadas, la productividad se ha mantenido, y en algunos casos incrementado. Todo esto va a impactar los esquemas de trabajo que las empresas implementarán después de la pandemia. En general, veremos esquemas de trabajo más flexibles que permitan combinar los beneficios de trabajo remoto, sin sacrificar la interacción humana, serán más comunes en la nueva normalidad.
La ‘sana’ convivencia digital
Desde que inició ésta contingencia, las personas han adoptado herramientas digitales de comunicación no sólo para trabajar desde casa, sino también para mantener sus relaciones personales.
Lo interesante de esto es que, conforme hemos adoptado estas herramientas, ciertas distancias se acortaron y logramos estrechar relaciones con familiares y amigos que viven en lugares lejanos, pues a final de cuentas en una videoconferencia no importa que tan distante esté un participante del otro.
A pesar de que las oportunidades para este tipo de interacciones a distancia ya existían, la contingencia nos ha hecho más conscientes de todas las herramientas que tenemos disponibles y también ha despertado en el mundo la necesidad de continuar conectando con los demás, sobre todo con los que más nos importan, y qué mejor que hacerlo aprovechando la tecnología para cuidarnos unos a otros.
Una sociedad más crítica
La pandemia ha demandado acciones claras de los gobiernos en todo el mundo para protegernos del virus y evitar una crisis sanitaria y económica de mayores proporciones.
Las estrategias empleadas han variado de país a país, así como su éxito. Pero en general, los ciudadanos de todo el mundo nos hemos vuelto más exigentes con nuestros líderes, exigiendo transparencia y estrategias claras para enfrentar la crisis.
A partir de ahora, las personas seremos más conscientes al momento de elegir a nuestros líderes y al demandar que promuevan mejores estrategias para hacer frente a momentos críticos como el de ahora y buscar el bienestar generalizado, no solo el de unos cuantos.
Nuevos hábitos, nueva economía
Nos hemos visto forzados a cambiar nuestros hábitos de consumo durante esta pandemia, lo que ha afectado tanto la manera en que compramos, como las categorías en las que gastamos o invertimos.
Como resultado lógico, las compras online han crecido exponencialmente, conforme las personas buscan resguardarse en sus hogares y evitar lugares públicos.
Hoy en día, tener presencia digital se convirtió en algo necesario para todos los negocios y muchos se han adaptado de manera acelerada para poder seguir ofreciendo sus productos sin presencia física.
En qué gastamos, también ha cambiado drásticamente. Logicamente, el gasto en esparcimiento y turismo ha bajado dramáticamente, mientras que el gasto en supermercados, entretenimiento en casa y servicios de ‘delivery’ ha aumentado.
Algunos de estos nuevos hábitos serán temporales, ¿cuáles? No sabemos, pero podemos estar seguros de que no volverá ser como era antes.
La vida sigue y la economía también, es por esto que los negocios, especialmente los que se encuentran en las industrias más afectadas, tendrán que encontrar maneras de adaptarse y diversificar sus fuentes de ingresos. Y los consumidores deberemos volvernos más concientes acerca de como gastar e invertir nuestro dinero, pensando en consolidar y mejorar nuestro futuro.
Transacciones comerciales digitales
Es casi un hecho que la pandemia acelerará la transición de uso de dinero en efectivo a métodos de pagos digitales, principalmente por el incremento en la necesidad de las personas de hacer transacciones de manera remota, sin salir de casa.
Las empresas inmobiliarias deberemos ofrecer nuestra cartera y catálogo de propiedades de forma eficiente a través de medios totalmente digitales, que no dependan de sucursales físicas, pero aún así ofreciendo un servicio al cliente cercano, eficiente y humano. En Grupo Lar México, ya hemos hecho grandes avances al respecto, incluso desde antes de la pandemia, que nos dan una mayor ventaja en el mercado frente a esta “nueva realidad”.
Para finalizar, probablemente el mayor aprendizaje que nos deja esta pandemia es que no podemos dar nada por hecho y que el cambio nos obliga a preparar, planear y prever mejor. Las oportunidades para construir mejores sociedades también llegan después de las crisis, pues son momentos propicios para crear, cambiar, reflexionar sobre si nuestra antigua realidad era funcional o es necesario reconfigurar nuestra manera de cooperar, comunicarnos, decidir, vivir y coexistir con los demás y con nuestro planeta.
